Sus paisajes se caracterizan por los diáfanos y sosegados horizontes, suaves ondulaciones sin elementos orográficos que interfieran nuestra vista, largos y anchos horizontes de un paisaje que se transforma al ritmo que marcan las estaciones. Mares cerealistas y campos de labranza especialmente de lenteja, sin duda el producto más característico que se cultiva en la comarca y de la cual existe una denominación de origen «Lenteja de La Armuña».
Otro de los aspectos que da idea de la fuerte identidad cultural de la comarca es su arquitectura.
Aunque está perdiéndose poco a poco, hay colectivos que apuestan por su recuperación conservando los rasgos arquitectónicos referentes a la apariencia exterior de las viviendas. La casa típica armuñesa solía estar hecha de adobe, tapial y piedra arenisca mientras que en el este era más frecuente el uso del ladrillo macizo, propio del estilo mudéjar. Son elementos que solían y suelen presentarse sin revestimiento en la mayoría de los casos
En los alrededores de los municipios encontramos numerosas lagunas y charcas, algunas de las cuales se mantienen durante todo el año. Estos pequeños humedales son fundamentales para la diversidad de la zona y sirven de refugio a numerosas especies de aves.
La Armuña, la tranquilidad de andar por sus calmadas calles, entre encinares adehesados, bajo los pinares que salpican los claros horizontes de la estepa o los largos caminos de campos de cereal. Si quieres sentirte parte del paisaje, puedes recorrer estos rincones con la sana tranquilidad de tus propias piernas, paseando, corriendo o en bicicleta.
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